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sábado, 20 de octubre de 2012

Manes .





Y si se sucede la eterna bifurcación de mis sueños, ya no tengo miedo, ya no concedo los segundos a ese tintineo tan esperpéntico y desgarbado. Que me arropa en sus noches de mil mantos gris con exhalado hiel, que destapa a generaciones antecesoras de mis absurdos pánicos infantiles. Que reza por mil pliegues de horror en mi rostro, que me haga ser partícipe de auto-flagelarme aullando a las sábanas de sombras que cesen, que invadan otro habitáculo, albergando la desdicha en mi ausente valentía.
Los entrecejos de tu mirar siena, la valiosa armonía que delira espantando mis males.
Mientras que el sol no demore mis salones oníricos con plácido letargo temperamental.

Como el tumulto callejero que somete sus alaridos por la cumbre de un palacio árido, que tan sólo suspenderá su existencia en las mentes desconchadas.


Por la fusta del templario.
Por la retina del centauro.
Por las falanges de la muerte.
Por la escisión permanente.

domingo, 5 de agosto de 2012

Nada de máscaras.





Llego tarde hasta para escribir. Compongo el silencio a mi gusto, nada de versiones. Los murmullos ya cristalizaron, es el momento de volver al río donde todo pedí y se me fue negado. Las virutas de los cielos que se han ido posando bajo tus párpados, cuanta armonía he podido descubrir. Figuré mil futuros, de grandes lastres, de penas raídas y brillantes desacuerdos y al final la testarudez infamó mis destinos.
¿Qué sucede Anne Victoire? Los albumes aun continúan repletos y cargados de estaciones. El sol, aunque no con la misma risa, sucede vida a sus espaldas. Y sabe que si lo que falta es claridad, aun se pueden abrir un tercio más las ventanas.
Tú hilvanabas, porque de esta manera lo torcido se podía volver a descoser. Yo albergaba la pluma de mi alma entre mis manos, sé bien el daño que hice al apretarla tanto entre ellas.
No sé qué es lo que vendrá al presente, no soy capaz de figurar la materia, al menos por el momento, pero si algo recuerdo, es que por una vez en la vida, contigo me pedí hasta el quebranto de las cadenas de cerbero y nació la más bella de mis primaveras.
Por ello, clamaré con el decoro posado en mis cuerdas vocales, por todo aquello que quiera seguir conociendo.

Porque siempre hay alguien que te escucha y calla tus secretos en sufrimiento.
                                                                 


                                                               Le monde est beau.

domingo, 22 de julio de 2012

Reflectores oblicuos.

Aviso al lector:
El siguiente escrito que redacto puede contener pistas indeseadas para aquel que no haya leído el libro '' Los renglones torcidos de Dios ''. Un libro que en cualquier caso recomiendo.







Para A. Gould, en quien nunca creí ni por un momento en su inocencia, más que en los escuálidos cimientos de mi formada opinión sobre su personalidad. Sus desvaríos, propios de un achacado círculo vicioso y de poca soltura, me vieron sometida a la mayor de las desesperaciones. Su increíble poder de seducción, dada su maravillosa agilidad con el lenguaje, no siendo menos portentosa su habilidad para engatusar y enlazar cualquier desvarío ( al que yo llamo derrame cognitivo preconcebido ) es intachable. Finura, escuetas alabanzas a su persona, pero de gran peso, le contaban a su personalidad un liviano soplo sagaz encubierto por una delgada capa de abrume anglosajón, como el velo de seda que se halla desgarrado bajo el simple roce de un fina hoja de katana japonesa.
Los tarareos de su ausencia, la perspicacia inaudita con la que logró mancillar no sólo el nombre del Dios del que se hallaba presa, sino, del propio recoveco de su turbia mente.
Rectificar es de sabios, más no por ello disgregó errata alguna en su historial, más bien una poderosa jactancia de banalidades superfluas remitidas con la mayor de las pulcritudes, de hito en hito. Hallándose Diosa, poderosa, venerada, como la corriente incipiente de un río que a punto está de llenar con sus aguas las asiduas vidas de quienes viven en desierto.
Me considero una fiel amante de los repiqueteos vesánicos que supieron promover tal alarmante alteración en la opinión de altas influencias médicas.

Os dejo con una maravillosa copla de Manrique.

              38

No tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
por tal modo,
que mi voluntad se encuentra
conforme con la divina 
para todo;
Y consiento en mi morir
con voluntad  placentera
clara y pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera
es locura.
                           Jorge Manrique

domingo, 1 de julio de 2012

Bramido.





El retículo del humo apompado en tus pulmones. La gracia del garfio que desgarra y encarna el pecho. Filigrana y a hilvanar de nuevo el descompuesto. Sonríes, mientras vuelves a dedicarme una sonrisa, esas que siempre dije que guardabas en la recámara para las ocasiones en que tuvieras que salir despavorida. Me señalas con el trémulo zurcir de la enfermera novata y acaricias mis oídos con susurros que claudican en chirridos. ¿Hay mayor fe que la tuya para este recorrido de inciertos caminos?
Corroen los versos sobre mis paredes, las que avasallé en mis pasados con delicada pluma de presión nervuda, que tomaron consciencia de mi verdad y dieron paso a la libertad que aprisionaba en mis labios. Vosotras, que sois fuentes de mi desate, de la verdad de un mañana que nunca existió, del recorrido por mis recuerdos, que bogan perdidos pero que aún reposan con mis sentimientos, como zarzas.
Una espiral como insignia de todas las batallas de las que saliste airosa con dos palabras bien sujetas a tus dientes, la mordedura feroz de una buena leona.

Con el tiempo los chirridos se tornaron a estruendoso silencio mortuorio. Que ya sólo el pecho puede advertir. No abdico a mi silencio, abdico a mi desacuerdo de la muerte de mis clamares.


- ¿Por qué sonríes?
- Porque este mar desierto es mío.
- ¿No puedes ver la decadencia que lo reina?
- Forma parte de mí. Ella es yo y yo soy ella.

Non, tu ne pas un ange.
                                                                

sábado, 16 de junio de 2012

Un manto de luz.




Porque no se puede matar simplemente al pasado. No podemos atiborrar a nuestras manos de semejante placer. El opio de tu belleza no te dejaba ver que los espíritus nobles escaseaban de la más mínima pureza, el retoño es hermoso pero condenádamente ignaro. Terciar entre el placer o la justicia, afanando al puro deseo de la felicidad. Qué ridiculez. ¿Cómo pudo alcanzar la cumbre semejante bochorno? La realidad es que aún habiéndote curtido entre exquisitos manjares literarios, entre las exuberancias del arte y los más mínimos detalles que embelesan la vida de quienes pueden permitírselo quedaste estancado en el mismo día de tu renacer. Un muchacho insolente, al que, a través de los susurros de un galán que vivía la vida a través de su propio escenario, manipuló y marchitó el júbilo de la promesa de otro Alejandro Magno. Tan sólo podías ver la belleza en los objetos que adornaban el mundo, mientras que las personas para ti desempeñaban el papel de instrumentos con los que asediabas el camino.
La riqueza de la vida no se haya tras los logros de portentosa intelectualidad, eso he aprendido contigo.

Y el galán de noche... ¿Qué decir de ti? Es que hay tanto de ti en mí... Que no sé si es del todo buena idea reconocerlo. Castigaría tu insolencia, ¿Quién, mas que tú, sería capaz de hacer vivir la vida a los demás a través de las palabras? Ilustrabas cuentos para los demás, con el flagelo de las buenas maneras y golpes de voz que sustentaban los cimientos de la realidad, en ello no hay mérito alguno, pero llenas el rompecabezas que solía caminar a pie ciego. Henry, que tan voluptuosamente ha inundado mis calles de la más pura paradoja.

'' Es una triste realidad, pero hemos perdido la facultad de dar nombres encantadores a las cosas. Los nombres lo son todo. Nunca discuto sobre actos. Mi única discusión es sobre las palabras. Esa es la razón por la que odio el realismo vulgar de la literatura. El hombre que puede llamar pala a una pala, debería ser obligado a utilizar una. Es para lo único que está capacitado. - Terminó Lord Henry.
- Entonces, ¿Cómo deberíamos llamarte? - preguntó ella.
-Su nombre es Príncipe Paradójico- Dijo Dorian.
-Le reconozco al instante - exclamó la duquesa.
- No quiero oírlo - se rió Lord Henrry, hudiéndose en una silla-. ¡No hay forma de escapar de la etiqueta! Reniego del título.
- La realeza no debería abdicar - dejó caer sus hermosos labios como un aviso.
- ¿Quieres que defienda mi trono, entonces?
- Sí.
- Te daré las verdades mañana.
- Prefiero los errores de hoy - contestó ella.
- Me desarmas, Gladys - exclamó, imitando su terquedad.
- De tu escudo, Henry, no de tu lanza.
- Nunca arremeto contra la belleza - dijo moviendo la mano.
- Ése es tu error, Henry. Valoras demasiado la belleza.
(...)
- Creo en la raza - exclamó ella.
- Representa la supervivencia del emprendedor. - contestó Lord Henry.
- Se ha desarrollado.
- La decadencia me fascina más.
- ¿Y el arte? Preguntó ella.
- Es una enfermedad.
- ¿Amor?
- Una ilusión.
- ¿Religión?
- El sustituto elegante de la creencia.
- Eres un escéptico.
- ¡Nunca! El escepticismo es el comienzo de la fe.
- ¿Qué eres tú?
- Definirlo es limitarlo. ''
El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.                                                                          

domingo, 10 de junio de 2012

Dad al pueblo buenas condiciones de trabajo y trabajará contento.






Entonces, ya no queda nada. Un triste montón de oportunidades amargadas, sin vida, que ni siquiera supieron respirar por sí solas. Un traga-montañas y tú como buena ilusa queriendo vislumbrar la cumbre. A la primavera le quedan un par de buen amaneceres, los demás andarán rotando por pura inercia, total, aquí el esfuerzo parece que ya no cuenta. Nos subyugan con sus leyes, pensando que tal vez así mantengan la paz y generen algún tipo de ''respeto'', como el buen respecto que impuso Franco en su día. Y nos dan derecho a no resignarnos por completo, haciendo así que las manifestaciones sean legales, por el momento. Si gritamos, alegan que les duele la cabeza y para ellos mandar a la policía a reducirnos es como encender el anti-mosquitos de todos los veranos. Mienten a placer y ni siquiera se atreven a dar la cara, como si esta rebelión no estuviera existiendo, como si realmente la gente siguiera en su casa mamando de la televisión. 

Cuando los niños se hacen grandes y se siguen escondiendo bajo la falda de mamá, al final el pequeño diablo que llevamos dentro hace que pellizquemos esas piernas, ya que ahora tan siquiera nos resguardan de nada es normal que acabemos sacando los dientes. 



Tenemos hambre, yo no estoy dispuesta a seguir mirando como mi nevera se vacía a principios de mes.
Queremos cambios y aunque sea muy levemente, los estamos consiguiendo, que lloren y pataleen, ahora nos toca a nosotros.

Que despierten todos aquellos que dejan las injusticias para los pilares de la sociedad, mientras ellos disfrutan de su sol y sus hamacas ahí arriba. Si caemos nosotros, vosotros vais detrás.


Por nuestros derechos como ciudadanos. Por nuestro derecho a la educación, fuente de todo progreso. Por nuestro derecho a buscar la felicidad dentro de esta sociedad.

viernes, 18 de mayo de 2012

Omnia tibi ignosco.






Arrastremos conclusiones al lago del verso puro.

Contraemos la mayor de las pasiones como un corcel vigoroso y su cabalgar. Despojemos el fuego de las entrañas del respirar, vacilemos al hablar. Desguacemos nuestra vida sobre el papel que aguarda nuestra estancia sobre él.
Nos mostramos reacios y reticentes cuando el orgullo supera su peso, fluimos en la balsa de la envidia sobre la vida y clausuramos toda libertad en los bornes del cielo.

El capitel morboso de cualquier escritor, erosionando y rebosando sobre el escritorio.
Rugen nuestras alabanzas a la espera, al tiempo, indomable cuestión que el hombre pronunció como pionera.
Y los antiguos sollozando sobre el cincel de sus pantomimas.

Un rojo atardecer cubría mi 9 de junio mientras templaba mis desidias e incoherencias bajo la luna, que orgullosa y rencorosa arrinconaba su mirar en senderos de escandaloso silencio, lejos de acoger de nuevo a mis esencias, que bien sabía, había desperdiciado durante larga estancia en mi cuento de hojarasca.
No pedí su clemencia pero sosegué, albergando en mí la espera.

Te amo, ardua estancia sostenida en el tiempo incierto. Bullo a placer tuyo.

( Redactado el 28 de Enero de 2012 )

sábado, 21 de abril de 2012

Des-orden.




Hay tanto que querría enseñarte y que no quiero que veas. Suceden lentos los segundos pero aterradoramente rápido cuento los días que restan para seguir a tu lado. Castigo al tiempo y lo pierdo. Me miento en el momento y carraspeo una melodía rasgada, temerosa de marcharme en tu memoria. Desplazo los susurros que dedico para implorarle a mi templanza que vuelva y los regalo para recordarte que aún no me conoces.
Acaricio tus palabras y las dejo impresas en el papel, no hay mejor forma de rendir pleitesía a tu sabiduría.


Me gustaría restituir los días en que me volví insulsa e incrédula y tornarlos crédulos y sumisos bajo tu influencia. Sigo mi curso, sin prisa, intentando aclarar todo tipo de pensamientos inoportunos y ajenos.

No perdonaré la ausencia de mis muestras de cariño.

Seré de nuevo la reina de ostentoso castillo e impoluto orgullo intacto, rodeada por el óbito de su desorden y soledad.


sábado, 3 de marzo de 2012

El quinto y sus falanges inquietas.

Las letanías quedaron lejos de sus desvelos y los acordes aguardaron inquietos el silencio, arrastrando la catástrofe de la euforia de aquél escenario. Inaugurando un nuevo paraíso para los oídos ignorantes y avasallando en plenos campos, que ardían entre la discordia del peso de sus palabras.
Reyes que admiraban la hermosura en los anhelos de la muerte.

Marte, aguardando en los silencios del Averno, haciendo plausible sus posturas, que resonando en cada corazón desdichado, alababa el jolgorio y la alegría que se sucedían tras las guerras de los ecos.
El laurel indomable ante la presencia del narciso, que vio crecer sus hojas bajo el tueste de los hermosos atardeceres de los soles, que inauguraban días en honor a su existencia.

lunes, 6 de febrero de 2012

La percepción es irrelevante.



Yacía el limonero junto al caudal de los desfogues que pernoctaban junto a él.
La lujuria sobrellevó de malas maneras sus senderos, deflagrando sus esencias y expeliendo su aroma bajo el oteo de sendas luxaciones.
Tronchó su torcida perfección una madrugada al contemplar la llegada de una primavera tosca, que lejos de traer consigo los menesteres de floridos campos, se bastó de su vanagloria por pereza de una austera vida.

Desvistió su corteza por el buen afán de una bienvenida más lustrosa y reanimó todo influjo por ser valiente.

El mundo es de muchísimas maneras, incontables, sólo nosotros, los humanos, intentamos darle un sentido único.

martes, 24 de enero de 2012

Encuentro bélico.



Recuerdo los anhelos de pasiones escondidas que acallabas con cada pestañeo. Y enfrento día a día las posibilidades de un descuento a mi coraza, pero por dos pasos que avanzamos juntos, rechazas el camino al igual que un rey a un vástago.
Los entreceños bien fruncidos y los pies bien clavados al otro lado del camino. Acostumbramos a no derramar más que el tiempo. Recorremos azorados nuestros cuentos.
Y sí, es cierto, que esta realidad incierta no concede tregua, pero los senderos se abren con paciencia.
Por cada gesto una canción, dos pellizcos al corazón y dejamos la sal a gusto de cada uno.
Para variar quiero acción y dejar la paz para los que se hallan cansados tras sus guerras.
'' Eres la mariposa que bate sus alas a miles de kilómetros y provoca un tornado al otro lado del mundo. ''

Como el niño serio y triste al que acogen las esquinas.
Fingimos por negocio.

Un puñado de escenas que se repiten fotograma tras fotograma que hacen nacer aperturas en mis tardes anímicas.

miércoles, 11 de enero de 2012

Menesteres visuales.



Recordaba, cómo la maravillosa hebra de su mente entraba en contacto con la pasión en días de sol, con motivos florales en todo paisaje, que parecían dibujados para él. Como cada mañana , Carlos aprovechaba la claridad para apaciguar su curiosidad por el garbo y las gracias de la mujer que todo hombre de 8 años debe satisfacer.
Su candidata favorita era Elena, una chica moza de rosados pómulos y un buen busto dónde cualquier joven elegiría echar la siesta. Tan sólo unos pequeños brincos y la fuerza de sus brazos para equilibrar su posición y podía contemplar aquella hermosa imagen, el reflejo del rollizo cuerpo de la joven en el espejo de madera y unos tirabuzones que jugaban a esconder sus prominentes mamas, aunque dejando entrever sus bordes sonrosados.
Aquella mañana, el gato de Elena se levantó menos perezoso de lo acostumbrado, y retozón propinó a Carlos un sobresalto de lo más inesperado.

Claramente el estruendo de la calle llegó hasta los oídos de Elena, que alborotada y azorada no regaló ni un segundo más ante el espejo.


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