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domingo, 23 de octubre de 2011

Bree.

                                                           



En su mundo, dónde la geometría era su lenguaje. Dónde bordaba pañuelos con encanto, en lo más alto de una cumbre formada con palos de helados no premiados.
Y en los cristales de sus gafas todo un desierto de transparencias que secaban la humedad que provenía de esa atmósfera color mate. Lograba arremeter cada centímetro de las camisas mal colocadas y en su alacena todo un ejército de frascos y utensilios, con su correspondiente lugar y orden.


No hay que confundir la plena pulcritud con el cariño o el amor.


Pero todo estrés tiene que desembarcar en algún puerto y las botellas de vino hicieron de mensajeras.


                                                                              Get On!

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Manías o vías de escape, podría desembarcar en cualquier intento o acepción.
A mi me gusta pensar que siempre hay un verdadero caos dentro de todo ese orden puntilloso.

Me has hecho recordar esos famosos helados y la alegría que sentíamos cuando descubríamos la palabra "premio" en ellos. Aquellos momentos sí estaban exentos de dificultades y manías.

Me has encantado.

-Bs-

TORO SALVAJE dijo...

Ya no hay premios de esos.
Los que los fabricaban han muerto o están en el paro.
El mundo ha oscurecido.

Besos.

Juan Ojeda dijo...

una muy buena diferenciación, también agregaría "no es lo mismo orden que ubicuidad"; los helados que habremos comido esperando esa leyenda en rojo "vale otro"...

En tus textos siempre me pongo sobre aviso de algún peligro, eso es muy bueno, lo agradezco.

Me gusta mucho el cambio de aspecto, es un paso hacia adelante.

Un fuerte abrazo desde el frutillar.

AnnGy Henríquez dijo...

Buena entrada y la foto no sé por que me acuerda al pensamiento masculino, las mujeres en la cocina ellos trabajando. no sé por que me acorde de aquello, la foto, la foto.
jajaja gracias por comentar (: un abrazo grande

Noelia dijo...

A veces en el orden aparente está el caos personal o la resignación de la persona que, asumiendo el papel preestablecido que le tocó, convierte en rutinarios hasta sus propios deseos.

Llevaba tiempo sin escuchar esa canción.

Imilce dijo...

Por algún lado hay que salir a mar abierto...

Aunque parezca increíble yo un día, gané un premio de esos, pero cuando fui a canjearlo me dijeron que ya no valía...
Todo engaños, hasta en los palos.

Un beso

Marta dijo...

Este texto es tuyo?? Me gusto mucho la verdad :) Pero como de costumbre la foto me enamoroooo!!!
GGGGRRrr ;)
Un besazo y estoy de acuerdo con lo q decias de marilyn xD
Nos vemos por mi blog

A dijo...

Como siempre, orgamos.

sofi dijo...

Te gusta el estilo pin-up, no?

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